loro hablador

LORO HABLADOR:       Características
El loro hablador es una psitácida de Sudamérica, de tamaño mediano. Mide 35-38 cm de longitud y pesa 350-450 g.
Como el resto de los loros, presenta un pico curvo, fuerte y en forma de gancho, con un maxilar superior grueso y robusto, y que presenta cierta movilidad con el hueso de la cabeza, y con una mandíbula inferior corta y muy móvil. Además de usarlo para la alimentación, también lo utiliza para sostenerse al trepar. La postura es erguida, y es un animal zigodáctilo, es decir, tiene dos dedos dirigidos hacia delante y dos dedos hacia atrás. Las alas son cortas, redondeadas y casi obtusas, y la cola es relativamente corta. No hay diferencias detectables a simple vista entre el macho y la hembra.
El plumaje es de color verde. Presenta una máscara de color amarillo, que cubre el capirote, las mejillas y la garganta, y una frente azulada. El pico es de color negruzco y las patas son grises. Los hombros presentan pequeñas manchas de color amarillas (A. aestiva aestiva) o de color rojas y amarillas (A. aestiva xanthopteryx); y el borde de las alas es rojo. En vuelo, las plumas remeras son de color violeta y las timoneras amarillo verdosa. Los jóvenes presentan una coloración más apagada, con una máscara amarilla pálida y una frente verde azulada.

Comportamiento
El loro hablador es un animal gregario que vive en bandadas, en selvas y bosques tropicales. En realidad, por la noche duerme en la seguridad del interior de la selva, y por la mañana vuela en bandadas al bosque, tanto de árboles caducifólias como de palmeras, en busca de alimento. Durante el vuelo en bandadas se pueden distinguir las parejas formadas, ya que vuelan juntas dentro del grupo. Es un buen volador y un diestro escalador de ramas y árboles.
Se alimenta de una amplia variedad de frutas y semillas, además de frutos secos, flores y brotes tiernos, que obtiene principalmente de las copas de los árboles. Frecuentemente se alimenta en campos cultivados, principalmente de árboles de cítricos.
Son aves monógamas, la pareja se mantiene estable toda la vida. Los casales son muy galanes, y pasan mucho tiempo del día acariciándose para arreglar mutuamente el plumaje. La temporada de cría comienza entre octubre y noviembre; sin embargo, puede extenderse hasta febrero o marzo de acuerdo a las lluvias y a la disponibilidad de alimento. Crían 1 vez por año. El nido es en cavidades de árboles, a unos 9 m de altura. La hembra pone 2-3 huevos, que incuba durante un período de 25-28 días. El macho se ocupa de alimentar a la hembra durante el período de incubación, y a la hembra y a los polluelos durante las 3 semanas que la hembra pasa adentro del nido con los polluelos después de la eclosión. Las crías abandonan el nido a los 3 meses de edad, pero seguirán siendo alimentados por ambos padres durante algún tiempo más. La madurez sexual es alcanzada a los 2 años de edad, aunque no empiezan a procrear hasta los 3-4 años. Es un ave muy longeva, pudiendo vivir hasta los 70 años de edad.
Los depredadores naturales del loro hablador son las serpientes, las cuales depredan principalmente los nidos.

Habilidad para hablar
El loro hablador es uno de los mejores imitadores que existen de la voz humana dentro de las psitácidas. Es superado sólo por el yaco o loro gris africano. Su notable capacidad y facilidad para aprender y repetir palabras en lenguaje humano lo hace muy buscado como mascota. A pesar de ser un gran imitador tiene otra cualidad que lo caracteriza: tiene una voz muy potente y aguda, y le gusta gritar.

Distribución
El loro hablador es uno de las especies de loros amazonas más extendidas de Sudamérica. Se distribuye por las selvas y bosques tropicales que se extienden desde el noreste de Brasil, al sur del Amazonas, hasta el este de Bolivia, Paraguay y el norte de Argentina.
En Argentina se lo encuentra en la Selva Misionera, el Bosque Chaqueño y la Yunga Salteña.

Estado de conservación
El loro hablador no está en peligro de extinción, ya que es abundante y de amplia distribución. A pesar de ser capturado para el comercio como mascota (tanto legal como ilegal) y a la destrucción de su hábitat, en la actualidad está clasificado como preocupación menor de extinción (LC).